La evolución del
marketing, como te lo señalé en el último post, es necesario saberla y comprenderla
muy bien. Si has leído las cuatro primeras publicaciones que estrenan este blog,
verás que resalto la figura preponderante del director comercial 2.0. Si bien
sería innecesario etiquetarlo de esa manera en algún contexto, un director comercial
debe tener como premisa al cliente como factor clave para alcanzar sus logros o
mantener en óptimo estado los KPI (Key Performance Indicators, por sus siglas
en inglés, o, traducido, Indicadores Clave de Rendimiento o de Gestión). ¿Y por
qué no director 3.0? También, pero esa orientación le compete al conjunto de
los altos directivos o accionistas porque se trata de inversión económica para
brindar beneficios adicionales a la sociedad donde opera una empresa, como
protección del medio ambiente, seguridad, etc.
Un director comercial debe
centrarse en el cliente o prospecto para gestionar y tiene que abrirle las
puertas del diálogo permanente por cualquier medio donde el más importante es
el que se da en visitas presenciales y de manera constante. Debe involucrar a
todas las áreas de la empresa para que estén siempre predispuestas para atender
al cliente del modo más óptimo posible. Es decir, el asunto de la orientación
al cliente es menester de todo el personal de una empresa, tal como lo expuse
en la sexta y séptima entradas donde hablo de la fuerza venta y la atención al
cliente. Todo lo mencionado en este párrafo constituye el marco donde el
marketing 2.0 aparece. Las empresas se dan cuenta de que la gestión del cliente
otorga una ventaja competitiva, y, complementado con la gestión del producto
(marketing 1.0), aquella ventaja aumenta. No hay que descuidar ni el uno ni el
otro, ambos elementos son cómplices para alcanzar o no el éxito comercial. Si
se fracasa, entonces, significa que se le restó importancia a uno de éstos, y,
por el contrario, si se cumplen los objetivos comerciales al cabo de un tiempo
determinado, es que se supo muy bien cómo sincronizar ambos dentro de una
estrategia que los integre.
¿Ahora
comprendes qué te quise decir en mi anterior post cuando precisé que una etapa,
o, más bien, una orientación, no debe ser dejada de lado nunca?
Lo ideal es que la mayoría
de empresas, por no decir todas, se acoplen al marketing 3.0. Una empresa será
más valorada o apreciada por el consumidor cuando tenga que decidirse por una
marca, le llamará más la atención aquella empresa que se preocupe por el bienestar
social, o que exprese sus números de ganancia económica en aportes a la
sociedad. Y sin darse cuenta, las ventas crecerán de manera progresiva. En esta
etapa ya estamos hablando de combinar o sincronizar la gestión del producto,
del cliente y la gestión social, por llamarlo de alguna manera.
Como conclusión, toda empresa, si quiere trascender,
debe subirse a navegar la ola del marketing 3.0.
Que tengas un buen día…
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